Black Card to my heart Capítulos del 10 al 15

Update 2019: luego de finalizar la meta de terminar la carrera universitaria, estuve ocupada desarrollandome como artista y profesional... pero deseo retomar las historias que dejé abandonadas en el blog. Con el primer compendio viene el segundo. Versión default de la historia que ha variado con los años tanto que la conocen seguro con otra forma. 




BLACK CARD TO MY HEART

Carta 10: Una dama olvidada.


En un pasillo totalmente oscuro, dos personas con capuchas azules caminan. Uno lleva un candil encendido y el otro abre cada puerta en busca de algo. El pasillo y las habitaciones están completamente destrozados: rasguños en las paredes y muebles en pedazos. El silencio de deja sentir al compás de sus pasos. Y la sensación de estar siendo observado, hace que más de una vez, volteasen la cabeza hacia la oscuridad que tienen detrás. Entre tantas puertas había una fuera de sus goznes. Uno de ellos más fornido, entra primero mientras el más delgado alza el candil. La habitación está, al igual que el pasillo. Juguetes de un niño en el suelo hechos trizas. Pero el armario estaba intacto y con la puerta entreabierta. Un sollozo se escucha ahora, dentro de una casita de juegos. Quien sostiene el candil abre la puerta y saca a una niña transparente. La carga y se quita la capucha…

-Dime, pequeña, ¿qué pasó?-pregunta una mujer de cabello brillante.

-Mi señora, debemos irnos...-dice el otro sujeto, es un hombre por la barba que sobresale de la capucha. La señora lo interrumpe levantando su brazo sin dejar de mirar a la niña.

-Una sombra llegó por el armario del sótano, -comenzó la pequeña en voz baja-se llevó a papi y mami. Mi hermano y yo corrimos hasta aquí, y luego... -la niña se ahoga en llanto, pero sigue contando-la sombra se llevó a mi hermano, me escondí ahí hasta que ustedes llegaron.

-Señora, no hay mucho tiempo...-dice el hombre.

-Ya sé, ya sé... Pero primero saquemos esta alma de aquí, antes que termine como su familia...-señala el armario. Dentro de éste se oyen gritos de agonía y sollozos. Unas manos ennegrecidas surgen y abren más la puerta. -¡Corre!- Ambos flotan a gran velocidad hasta llegar a la puerta de la casa. Las sombras permanecieron en esa habitación y luego regresaron al armario. Lejos de aquella vivienda infestada de espectros, las tres personas caminan por una calle pedregosa bajo un cielo gris y tormentoso. -Eros, tenemos la prueba de que el Cuco ataca incluso a fantasmas...-dice la mujer al hombre.- Tenemos que hablar con el guadañero. ¡Pero ya!-tuerce hacia la izquierda.

-Sucede que...-El hombre camina en sentido contrario halando a la mujer, la niña los sigue cantando y saltando. -Me enteré que Él lo consiguió esta vez-dice entre susurros a su ama-: un nuevo sucesor, una nueva muerte...

-¿De veras?-Ella se detiene. -Entonces, a él hay que buscarle... Significa que nuestro viejo encapuchado le queda poco tiempo. Y por consiguiente al nuevo, le tocará luchar contra ese espectro. Solamente hay que pasar por aquí y llegaremos a donde él está – Un túnel de piedra aparece frente a ellos. La mujer sin dejar de sonreír, entre con total seguridad con la niña a mano.- Ha pasado tanto tiempo, sin ver el sol... Seguramente todo ha cambiado que no podré reconocer nada. Llevo mil años en este lugar tan oscuro, que deseo volver a recordar... La última vez que me sentí viva...- Los tres caminan con total tranquilidad hasta llegar al otro lado del túnel. Una carretera de asfalto, que se pierde en la lejanía y árboles en ambos lados del camino, dan la bienvenida a los forajidos. Es de madrugada, y el sol no se asoma aún....................................................

-Amo, oiga, amo... Va muy deprisa, espéreme...-Heinrich vuela en su forma de sombra detrás de Blake que mantiene el volumen demasiado alto en sus audífonos.-Por favor. ¡Deténgase!-Blake lo sigue ignorando mientras arroja con fuerza los periódicos a las casas.

La noche luego de regresar del hospital, Blake mantuvo una larga discusión con sus padres que se escandalizaron por lo sucedido con Johan. Como ambos hermanos omitieron a los fantasmas y espectros, mencionaron solamente que Johan había caído del columpio y caminado el trayecto largo hacia la casa. Los padres sin miramientos culparon de lo ocurrido a Blake, quien a pesar de ser el mayor, no pudo evitar que su hermano terminase herido. Y como castigo, tiene que pagar la mitad del internado de Johan en el hospital. Aunque ambos no dijeron nada al volver al cuarto, ya Heinrich sospechaba que ambos habían sido regañados. A la madrugada siguiente, Blake estaba repartiendo periódicos en Marea Roja y luego iría a Isla Nuovo. Heinrich desde que llegaron del hospital, nota a Blake un poco triste. Así que, a su forma, intenta hacerle olvidar el enojo que tiene por su culpa.

-Amo...-esta vez logra detener al chico. Que mete el pie con toda fuerza para detener la bicicleta. Sin bajar el volumen de sus audífonos le dice en voz alta antes de proseguir:

-¡No me llames amo! Mi nombre es Blake, y no creas que por que eres un fantasma, tienes el derecho a perseguirme...-Saca una botella de agua de su morral y la arroja hacia Heinrich. Éste evade el chorro de agua aunque su pierna quedó empapada. La sombra retoma su forma corpórea y cae al suelo. Blake se detiene de nuevo y camina hacia el difunto. No aparta esa mirada furibunda y frívola de Heinrich, quien no para de temblar.- Que te quede algo claro: acepté ser la muerte, para evitar llevarme a Johan. Y para cobrármelas con ese Cuco de porra. Así que ni te hagas ilusiones, que esto me agrada menos que a ti. ¿Entendido?

-Vale.-Heinrich se incorpora y cojeando se sienta en la silla de la bicicleta-Pero, señor, digo, Blake, ¿cómo planea sacarle el plasma al hombre de la bolsa?

-No lo sé, -responde el chico en voz baja-; por ahora estoy más preocupado en repartir todo esto antes del alba. -saca al sombra de una patada  y se monta en la bicicleta-Y honestamente, no ayudas mucho...

-De acuerdo...-Heinrich se transforma en un cuervo y sin miramientos, le arrebata la caja entera a Blake.-Déjeme facilitarle la faena- El joven se mantiene atento en silencio. Ve que ese inútil arroja la caja a lo más alto y en su forma humana con una espada que recordaba a un palo de hockey, rompe la caja y arroja los rollos de periódico que caen en las puertas de las casa. – Si lo hago así podrá hacerlo en menos de una hora.

-Haz lo que quieras.- Blake toma asiento en una banca cercana y observa a Heinrich hacer su trabajo. Desde la posición de Blake, parecía una lluvia sin fin de líneas grises que se perdían a lo lejos. Y por lo visto los periódicos pasaban sobre las verjas y llegaban al portal. Aunque estaba oscuro, la escena le parecía fantástica, maravillosa.

No aparta sus ojos de los periódicos voladores hasta que una enorme sombra atraviesa las líneas. Blake deja de soñar despierto, y le avisa a Heinrich que no están solos. El fantasma obedece y desciende. Con la espada alzada, le dice a Blake que avance lo más rápido posible a campo santo. Sin rechistar accede y cuando va hacia su bicicleta, ésta vuela por los aires y cae en la copa de un árbol. Molesto ahora, es Blake quien habla:

-Quien sea que esté haciendo esto, no es gracioso. Exijo que den la cara.-Un grupo de risas se escuchan en el lugar. Y susurros acompañándolas.- ¿Acaso el respeto es lo primero que olvidan los fantasmas al morir?-Heinrich le hace señas de que guardase silencio, pero el chico lo ignora.- Miren, no sé qué me da más pena: ustedes o el tocino que desayuné.

Blake coge una piedra y la arroja hacia un búho reposando en una rama. Frente a los dos, el ave adquiere la forma de un hombre de barbas, robusto y alto que detiene la piedra. Detrás de él y sale otra sombra. Una mujer con aires de otra época le sonríe. Detrás de ella estaba una niña pequeña que se parecía a Molly, su antigua vecina.

-Buenas noches, o días, Joven muerte.-Heinrich si bien era pálido, se puso aún más blanco. Con velocidad, se puso en medio de Blake y la dama misteriosa.

-Oogie Boogie, ¿qué te pasa?-Como Heinrich estaba frente a él, no se le podía ver el rostro. Pero según los temblores que azotaban al fantasma, parecía completamente asustado. ¿Quién sería esa mujer que logra asustar a un fantasma como Heinrich?



BLACK CARD TO MY HEART

Carta 11: Etimaya, una muerte singular.


¿Quién será esa dama? ¿Porqué Oogie-Boogie tiembla? ¿Qué truenos está pasando?

La mujer deja a la niña con el hombre barbudo quien se mantiene sentado en la rama. Salta y camina hacia Blake, cosa que él hace también, se detienen cuando están cara a cara. La luz del farol, ella tiene un aspecto brillante, como si fuese una luciérnaga o algo así. Su cabello era completamente plateado, le llegaba hasta los tobillos y con la luz encima, le daba aspecto de ser fosforescente. Sus ojos eran anaranjados como hojas en otoño. Aunque pálida, tenía un ligero color rosado en su tez. Y de por sí, se notaba a leguas que no era un fantasma pero parecía de otra época. Cosa que quedó demostrada con su forma de hablar:

-Buenas noches, o días. Me llamo Etimaya Parkas, soy de la Antigua Grecia. Él es mi sirviente, Eros Rodita. Venimos desde el otro mundo en su busca, señor Muerte.-Ambos se estrecharon las manos, su piel era cálida, no daba la sensación de estar muerta. Aunque el guadañero le advirtió, por ser afable, Blake también se presentó:

-Vale. Me llamo…-la mujer le cubre la mano rápidamente, impidiéndole hablar, luego la retira de su boca. De veras que ha de ser humana. Limpiándose la boca con la manga, la mira ahora molesto:-¿Por qué hiciste eso?-Etimaya le contesta seriamente:

-Tenga cuidado cuando habla. ¿Acaso no se conoce las reglas? Regla uno: la Muerte no debe revelar su nombre y, o, apellido ni a vivos ni a muertos. De lo contrario, sus enemigos, lo ubicarían no importa en qué mundo viva. Y se las cobrarán con los que conoce en este mundo o en el otro.

-Ya veo. Bueno, qué…

-¿Qué haces aquí, Etimaya?-pregunta Heinrich al lado de Blake pero observando lo que hacía Eros. Dirige sus ojos hacia ella y con cierto temor en su voz dice:- Mi señor te había prohibido salir del No-mundo... Y que es pena de encierro si incumplías...

-Es cierto.-interrumpe Eros ahora. Su voz es algo aguda para ser un hombre. Blake se cubre la boca para evitar reír.-Esa fue la orden de la anterior Muerte. En unos meses, lo será este chico. Y por eso, desde que abrió la carta negra, esa orden y muchas más ya no son válidas. A menos que él las mantenga. -Heinrich lo fulmina con la mirada. -Señor Muerte, yo que usted, cambiaría de sirviente. Un criminal no debe ser digno de servirle.-Etimaya ahora es quien mira seriamente a Eros. El hombre cierra su boca y se disculpa. Blake ahora en sí, aunque sigue muriendo de la risa muy dentro. Pone cara de serio con los dos desconocidos.

-Ya veo... –repite- Si ya no van a seguir con el parloteo, ¿les disculpa si sigo con mis deberes?- la mujer que estaba halando la oreja de Eros lo suelta. La niña echó a reír y Heinrich solamente le decía “Te lo mereces por tonto”.-Cuervo, nos vamos. -Heinrich sin rechistar, flota hasta el árbol y baja la bicicleta.-¿Porqué no lo hiciste desde un principio? Me hubieras ahorrado diez minutos de retraso.- Blake se sube a ella, no sin decirle a Etimaya:- No es que sea grosero, pero como usted dijo, en unos meses más, así que déjeme disfrutar el corto tiempo que me queda aquí. No quiero saber nada más sobre la Muerte y sus problemas. Que por cierto, ha evitado mencionar en la charla. Le agradezco eso. Pero tengo periódicos que repartir en la isla de al lado.-se aleja y Heinrich nada más sonríe de forma burlona a Etimaya y su sirviente.

-¿No piensa hacer algo?-dice Eros observando alejarse al muchacho.-Con esa actitud, no llegará ni al siglo...- La dama sigue con la mirada al joven quien avanza hacia el puente.-¿Mi señora, acaso lo piensa dejar ir?

-Es obvio que esto es más urgente que sus niñadas. “Disfrutar el tiempo que me queda”, a diferencia suya, no tuve opción. De veras, jovencito, ¿qué ocultas bajo esa indiferencia? ¿Será que tienes una razón para no ser la muerte?

Los chicos van por la mitad del puente. Heinrich se la pasa mirando hacia atrás, con nerviosismo cosa que a Blake no se le escapa. Ya lleva una semana desde que leyó la carta negra, pero sentía que siempre fue destinado a hacer eso.

-Oye, Heinrich.-el fantasma deja de jugar con las vigas del puente y aterriza a su lado.- ¿Quién era aquella mujer?

-Etimaya la Parca…-Heinrich continúa mirando a todos lados. Blake lo nota, pero no dice nada.- ¿Y por qué deseas saber sobre ella? ¿Acaso no te ibas a meter en los asuntos mortuorios hasta que pase el tiempo?

-No es eso, es que, todavía no comprendo algo: por lo que dijo, ella debería ser un fantasma. Pero, no me consta… El encapuchado ése, me mencionó que solamente la Muerte sabía las reglas. Y que se pasaban del regente al sucesor. Por lo tanto, ¿cómo sabía ella que la muerte no debe revelar su identidad?

-Es fácil.-dijo la voz de una mujer. Blake detiene su marcha. Mira por detrás de su espalda  y luego frente a él. Etimaya con visible molestia impedía que el chico continuase su marcha. Heinrich imitó la acción de Blake, gimiendo.-Milenios atrás, YO era la muerte.

-¿En serio?-dijo Blake con fingida sorpresa. Avanza unos metros más y ella lo sigue desde el aire. – ¿Porqué usted me honra con su desagradable visita?-añade con tono irónico. Etimaya que estaba jugando con los cables del puente, baja en picada sobre él y lo atraviesa como si fuera aire. El chico cae con todo y bicicleta sobre Heinrich y termina traspasando el flotante cuerpo de Heinrich quien solo se estremece. Blake se soba la cabeza mientras grita furioso.- ¡QUÉ RAYOS TE PASA! ¿¡Que en tu época saltaban en bonji!? Pedazo de demente…

-No es que sea demente…-Etimaya atraviesa el suelo y pisa con suavidad.-Sino que reacciones. Un difunto nunca regresa a menos que tenga que hacer algo… Yo ya cumplí con este mundo y el otro. Pero no se me permite ir al más allá. Tengo un último trabajo… Y es por eso que vine.

-Bueno, pues.-Blake le da la caja de periódicos a Heinrich.- Si puedes esperar, escucharé lo que tengas que decir. Pero primero, Heinrich, por favor deja la caja en la gazeta. –Heinrich se niega a hacerlo, no desea separarse de Blake con Etimaya cerca.-Es una orden…-Arruga la cara en señal de disgusto. Coge la caja y vuela hacia el pueblo. Ahora libre del sombra llorón, puede hablar con libertad.-Disculpe pero, no quiero que ese tonto se la pase lloriqueando con esa cara de mojigato. Me da es unas ganas terribles de arrojarle la bicicleta.-La mira y con fingido interés dice:-¿Qué decía?

La mujer sonríe un poco y ríe en lo bajo. Camina hacia él y apoya sus brazos en el asa de la bici.

-Sí que eres raro… ¿Conoces algo sobre espectros asesinos?-Blake niega con la cabeza.-Entonces… Te lo explicaré, pero no aquí. Y menos a estas horas. –el joven ahora es quien se ríe con cierta amargura.-Sí, ya lo sé. Soy demasiado impulsiva… Por ello, que el Sombra estuviese asustado. Normalmente, los fantasmas se alejan cuando hay otro con mayor poder. Me asombra que él no saliese huyendo… ¿A qué hora se puede charlar más amenamente? Digo, un tiempo en que Apolo esté en su apogeo, pero en un lugar sombreado… Para mi sirviente y el tuyo.-Se queda pensando el chico por unos momentos y luego responde:

-No muy lejos de aquí, hay un lago. Está en medio de un pequeño bosque. No será difícil perderse. Pueden quedarse ahí en el día. Y lo que se refiere al sol, a las nueve y cuarto, empieza a picar. Pero, ¿al menos puede adelantarme el plato fuerte?

-Claro, -Etimaya hace una señal con su brazo y aparecen Eros con la niña en brazos.-El tema que trataremos, es sobre la justicia. Justicia para las víctimas del hombre del saco… Ése es el tema en cuestión.

-Vale.- Sube a su bici y avanza dejando atrás a Etimaya quien se desvanece junto con su séquito. Llega en menos de 5 minutos a la gazeta donde Heinrich lo esperaba. –Escuchaste todo, ¿verdad?

-Sí, claro y alto- el fantasma mira a Blake.- ¿Cómo sabías que ella nos seguía desde arriba?

-Es fácil. No hubiera montado ese numerito, a menos que tuviera una muy buena razón. Así que ahora, escucharé lo que tenga que decirme sobre el Cuco…






BLACK CARD TO MY HEART

Carta 12: Aquel sendero... donde la marioneta acecha.

En la mansión, Johan observa por la ventana. Blake se fue desde la medianoche, y no ha regresado. Es más, ni le avisó que se iba.

-De veras, mis padres nunca saben lo que hacen. Ellos son los que deberían estar atentos, no Blake. Él no debería cargar conmigo. Ojalá y esta vez, se cumpla mi deseo…-se voltea mientras sonríe. Camina hacia el armario, coge una lámpara de aceite encendida y abre la puerta. Deja la lámpara en el suelo y cierra. Las luces del cuarto comenzaron a titilar al mismo tiempo que el armario se abre de par en par. Los ojos de Johan se nublan hasta adquirir el color de su cabello. Sin saber lo que hace se deja arrastrar por una fuerza misteriosa que lo obliga a entrar al ropero. Las puertas se cierran de golpe, regresa la luz y se reabre el armario demostrando que estaba totalmente vacío…

-¡Venga ya!-dice Heinrich atravesando por enésima vez un árbol.- ¡Son casi las diez! El sol está de muerte, y ella no aparece. ¡Vamos! Amo...-Blake aún sigue sentado a la orilla del lago remojando los pies ignorando a su ayudante tarareando “Ángel de amor”. Luego del curioso encuentro con Etimaya, llegaron al tabloide donde el dueño (un tipo de lo más afeminado) estaba tan complacido, que le pagó el doble. Incluso le invitó el desayuno. Como las órdenes de Blake eran no dejarse ver, Heinrich tuvo que pasar todo ese rato vagando por el cementerio, cosa que no le cayó bien al difunto.-Le digo que ella no va a venir. Vamos a su casa. Lleva once horas despierto, y debe descansar... Además su desangrado hermano lo está esperando...-Blake continúa sin prestarle atención. Molesto ya, Heinrich se desvanece.

Blake mira hacia el sendero por donde su hermano fue atacado luego a su reflejo y no logra evitar el susto: Heinrich cambió el reflejo de Blake por el suyo, y le estaba haciendo muecas. Sin levantarse da una patada al agua con fuerza. Expulsando a Heinrich quien sale disparado a un árbol cercano. Lo atraviesa y se queda ahí, como si de un niño (vivo) se tratase.

Cómo ha cambiado ese fantasma en tan solo una semana… De ser un tío serio a cada rato, ahora parece casi infantil. Pero es algo más… Blake lo sabe, pero no le desea preguntar. Mira a todos lados antes de sacar de su chaqueta un papel completamente negro y lo desdobla. Las letras que brillaban a la par que sus ojos, ahora estaban  fijas y cambiaban a un color violeta fosforescente. Bajo la luz del sol las palabras se deslizaban de su posición formando otra carta escondida dentro de la original. El chico lee atentamente el contenido de la segunda carta: un pedido de parte de la Muerte para él. Unas cartas negras que redactó siglos atrás están escondidas en el Mundo Vivo y para evitar que el Hombre del saco se hiciera con ellas, debía encontrarlas primero y luego destruirlas…

Luego se desvanece el contenido del papel cediendo el paso a la carta original que comenzaba con un “Mi muy querido Blake”. Aunque leyó todo el mensaje, no comprendía el significado. Sin voltearse Blake llama a Heinrich para ver si lo ayudaba a comprender, pero en vez de escuchar la voz de su sirviente, escucha unas risitas muy femeninas. Detrás de él Etimaya observa la carta que tiene en manos. Sin miramientos el chico la guarda dentro de su chaqueta. La mujer en cambio sujeta su brazo que sigue dentro de la chaqueta y acerca su rostro al de él.

-Llevaba milenios sin ver un pergamino negro. Veo que mi sucesor te envió cinco en una. Debes de ser muy especial para que él tuviera que escribir tanto. ¿Sabes? Él no sabía leer ni escribir cuando me remplazó, tuve que enseñarle a la marcha. Me alegra que valiera la pena haberle enseñado…

-Eso no me interesa.-interrumpe Blake soltándose de un tirón. -¿Para eso quería verme?

-…Me alegra que aún exista gente puntual. Ni en el otro mundo, se encuentra gente así…-continúa la dama ignorando al chico. Blake se levanta y camina hacia el sendero- Ahora sí. –el joven se detiene y sienta en un árbol cercano- Voy directo al grano, pues como su sirviente dijo, debe descansar. Lo que le voy a revelar es sobre lo que he investigado del Boogeyman: Es el espíritu de un asesino en serie de finales del XIX e inicios del siglo XX. Por lo general, secuestraba niños para alimentarse de su sangre y grasa. Se alimentaba estando con vida sus víctimas durante el ataque. Luego de ciento veinte asesinatos en su comarca, se le descubrió y fue condenado a la horca. Lo mataron, pero no en el justo momento. Se dice que si se ejecuta a alguien en pleno eclipse, éste regresaría de entre las sombras. Y eso pasó. Pero antes, los fantasmas utilizaban los armarios para asustar. Con él, los sitios oscuros de las casas son su propiedad. No sé cómo ni porqué, pero ahora parece que él está atacando no solo niños, sino también a adultos. En este mundo y en el otro…

-Y me imagino que Molly tiene algo que ver con eso… Y sí, conozco a la niña, ella era mi vecina. -Blake mira cabizbajo a Etimaya.-Ella y su familia estaban en la graduación de su hermano mayor. Los atrapó el incendio que empezó en donde los O’Hara y sus restos fueron los únicos que no mostraron signos de carbonización.

-Vaya-la mujer se sienta a la orilla del lago.-Veo que conoces mucho del tema… ¿Cómo sabías que el incendio empezó en esa granja y que su cuerpo estaba sin quemar?-Se quita las botas, las medias y remoja sus pies en el agua.

-Eso no viene al caso.-contesta Blake apretando los puños con fuerza. Cierra los ojos y puede visualizar nuevamente lo que pasó ese día. - Solo quiero saber cómo acabar con ese pedazo de engendro.-Cuando llega a la parte del fuego en su cuerpo, abre sus párpados con rapidez. Y sujeta su pecho sintiendo su corazón latiendo a mil.- Por favor, no cambie el tema.

-Joven Muerte, estás evadiendo mi pregunta.

-¿No que viniste a hablar del Boogeyman?-Blake se levanta y camina hacia dónde estaba Heinrich. Inspecciona el árbol preguntándose si el fantasma ése seguía escondido. Etimaya sigue moviendo sus pies en el agua y le menciona que no está ahí.- ¿En serio? Y, ¿dónde andará ese condenado del carrizo?

-Eros me informó que estaba intentando ahuyentar a un joven que caminaba por aquél sendero.-señala el camino que estaba Blake mirando antes.- Por lo que me contó, ése joven fue atacado por el hombre del saco hace unos días. Ha de ser muy valiente para pasar de nuevo por ahí. –Ese camino, aún en pleno día, no se nota mucho la diferencia. Parece como si todavía fuera de noche…-Lo peor es que la presencia de ese maldito hombre del saco sigue pululando por ese lugar… Apuesto un denario que él está allá ahora mismo.-Blake corre hacia el sendero-¡Oye!- Etimaya se levanta de un brinco y le sigue-¡Espera!- agarra su mano y lo hala en sentido contrario.-No puedes ir, no sabes lo que puede haber ahí dentro…

-Tengo que… salvar a Johan... no lo entenderías… -el aire se enrarece cuando ambos forcejean. Los ojos de Blake por unos segundos dejaron de ser celestes para cambiar al plateado de los fantasmas. Etimaya abre los ojos y sonríe. Al parecer ya comenzaron sus habilidades a despertar. El chico logra soltarse y empuja a la mujer.

Una ráfaga aparece de la nada y separa a los dos como si fuese una pared. Blake la sigue mirando con esos ojos plateados que brillan en la oscuridad antes de correr hacia el sendero. Etimaya lo sigue luego de desvanecerse el muro de viento. Pero se detiene cuando de entre las sombras surgía algo parecido a un cuerpo pero impregnado de una sustancia tan densa como el petróleo. La mujer con una seriedad absoluta sonríe un poco antes de sacar algo de su falda y golpear repetidamente a uno de los espectros del Boogeyman hasta derretirlo. Se percata que el chico aun no regresa así que también se adentra a la oscuridad de ese lugar.

Rezando a todos los dioses griegos, Etimaya no paró de llamar a gritos al chico. Del morral de Blake saca una linterna. Cuando la enciende, logra divisar al chico frente a ella. Aliviada lo abraza, pero siente que Blake está tan frío como un cadáver. El joven levanta la cabeza y le sonríe de forma aterradora. Etimaya retrocede unos pasos con sus ojos centellando chispas de ira: los ojos de Blake no eran ni plateados ni celestes, eran totalmente negros aunque tenía el mismo rostro llevaba ropas igual de negras. Mostrando una hilera de colmillos en ves de dientes, le dice con una voz de ultratumba algo infantil nada propia de Blake:

-¿Te gusta mi nueva apariencia? El chico que tienes enfrente es mi aprendiz y mi marioneta para el juego que se aproxima...


BLACK CARD TO MY HEART

Carta 13: El primer enemigo del Nuevo guadañero.

-¡Johan! ¡Heinrich!-Blake sigue corriendo. Sus ojos siguen estando plateados y lo hacen ver donde pisa sin necesidad de linternas. Ignora todo sonido, ruido y lamento que había por los alrededores. Pues su hermano está antes que cualquier artimaña de un psicópata espectro que come niños.

De pronto el grito de una mujer rompe el silencio sepulcral que reinaba. Blake creyendo que era un truco más avanza con mayor prisa. Unos pasos bien acelerados se escuchan junto con el grito y al siguiente segundo Etimaya cae sobre él. Ella parece demasiado aterrada. Sin decir nada tira de su manga y lo arrastra hacia un lado del camino.

-Que ca....-Etimaya le cubre de nuevo la boca. –¿Oye, qué diablos te sucede? –la mujer hace una seña de que haga silencio y sin más preámbulos se quita su bufanda.

-Por favor, no hables. Ahí viene el aprendiz del monstruo y no quiero que lo mires. Si lo haces te convertirás en uno más de sus espectros. Es por eso que solo las personas valientes que encararon al Boogeyman son inmunes a su poder. Pero no me consta que sean más propensos a caer en la oscuridad…

-Hubieses dicho eso desde un inicio. –Blake le quita la bufanda y la coloca en sus ojos. Justo cuando el espectro idéntico a Blake aparece en el otro extremo.  Etimaya comienza a temblar, señal de que apareció el espectro. –Así que tú eres el maldito malnacido que lastimó a mi hermano.

-No he sido yo-contesta el espectro.- Fue mi amo, pero ese niño ya se lo estaba buscando. Jugar con mi señor de esa manera es imperdonable. Sobre todo si él, un mortal, tiene el atrevimiento de lastimar a mi señor… -sonríe con tristeza, como si se refiriese a él mismo-Ese chico merece morir.

Blake aprieta la mandíbula y aprieta los puños. Corre hasta donde está la voz y le asesta un golpe a su interlocutor. Por unos segundos, ambos chicos se enfrascaron en una pelea a puño limpio donde daban y recibían por igual. Etimaya corre hacia ellos para detenerlos cuando una sombra lanza a Blake con ella y caen en el suelo en su posición original. La mujer observa el otro lado y nota que un sujeto con una gruesa gabardina y máscara de gas sujeta al chico espectro por el cuello.

-Niños, siempre tan imprudentes. Disculpe a mi aprendiz, jovencito. No sabe comportarse, no importa cuántas veces le castigue… -dice una voz fría de ultratumba que hace temblar a Blake con solo escucharla.

-¡Cállate!-grita Blake a pleno pulmón. Etimaya lo sujeta por ambos brazos inmovilizándolo pero el chico sigue luchando por soltarse.-Ese maldito insultó a mi hermano. ¡¡¡Nadie puede insultar a mi familia sin que tenga su merecido!!! Suéltame de una maldita vez… ¡Tienes suerte que no vea ni mis manos, idiota!-El sujeto ríe de forma perversa y suelta a su aprendiz. Éste sujeta su cuello y respira hondo mientras se mantiene agachado a los pies de su amo.

-¿Crees que vas a protegerle si le cubres los ojos? Al final no le servirá de nada… ¿Dónde están mis modales? Si me presento ante la Muerte, debo hacerlo con propiedad: soy el Boogeyman, Hombre de la bolsa, Hombre del saco, como sea, y éste es mi aprendiz, creo que ya se conocieron.

Alrededor del chico y la mujer, un grupo de sombras comienzan a surgir y a rodearlos. Veinte espectros de lo más repugnante permanecían cerca del par como si esperasen una orden de ataque.

-Y por cierto, muchacho, tu hermano no está aquí. Esa excusa era para atraerte, fue una muy buena idea mi estimado pupilo.-El joven de largos colmillos da una leve cabezada y lo agradece.- Pero necesitarás más que linternas para alejarme de mi presa. Los chicos enfermos me dan náuseas, puesto que sus entrañas están podridas. En cuanto a los niños sanos… Son una delicia, jóvenes como tú son como un manjar, un festín para mi paladar y para mi estómago. –Blake se detiene y pone cara de asco, al igual que Etimaya, con la diferencia que a ella el rostro se le puso verde.- No es que ustedes lo comprendan, porque son nada más que basura sin sentido de existencia.

-Mi señor, excelentes palabras.-dice el chico de colmillos detrás de su amo. Blake sin perderse nada de la conversación, se da cuenta que este monstruo de veras es un psicópata homicida. Si es cierto lo que Etimaya dijo, este bicho raro se come la sangre y…-Tranquilo joven Muerte, mi amo y yo no nos alimentamos de grasa sino de las entrañas de los humanos-lame sus labios con deleite.

-Pero te digo desde ahora, Joven Muerte,-continúa el hombre del saco ignorando a su sirviente-: debes mantenerte alerta. No abras puertas donde no hay, no apagues tus luces en la noche, porque puedo ir a enviarte un saludo. Cuando bajes la guardia, me encargaré personalmente de eliminarte y devorarte. Y te diré el porqué: yo seré la nueva Muerte, y haré lo que tenga que hacer para lograrlo, no me importa si debo jugar al gato y al ratón con mis marionetas. Pero has de entender que para dominar el Mundo de los muertos, debo eliminar a su fundador, a quien nadie puede vencer. Derrocaré el dominio de la Muerte y reconstruiré un mundo nuevo, sumido a las tinieblas donde todos sufrirán por igual sin juicios ni sentencias. Un mundo dónde pueda controlarlo todo y a todos…

-Claro-interrumpe Blake rascándose el cabello-oye, ¿puedes alejar un poco a tus esbirros? Si te falta el sentido del olfato no es asunto mío, pero desgraciadamente la peste que emanan es tan notable que hasta acá los huelo. Por favor, si me quieres eliminar, que sea en un lugar que no apeste a podrido…

Etimaya que también tiene la nariz cubierta, abre los ojos como platos por la osadía de Blake. Los espectros parecieron molestos por el comentario del chico e incluso había gemidos de protesta. Algunos que tenían brazos hacían señas grotescas. Blake por otra parte, parecía sereno y tranquilo. Sonríe un poco y se quita la bufanda de sus ojos.

-Aunque tu plan parezca bien elaborado, te faltó un detalle: si pasara que el mundo esté a tus malolientes pies y venzas al encapuchado, yo no daré mi brazo a torcer. No importa lo que hagas o digas, son solo palabras-sus ojos permanecen cerrados con una expresión divertida.-, todo lo que dices no es más que pura paja. No te diferencias mucho de los habladores de mi clase. Pensé, que como todos temblaban con solo mencionar tu nombre serías alguien de temer. Me decepcionas, como el villano no te veo bien parado…

El boogeyman arroja a Etimaya lejos y aparece enfrente de Blake. El chico no retrocede ni un paso, solo saca un pañuelo y se cubre la nariz. Los párpados siguen cubriendo sus ojos. Blake levanta las cejas y da un paso al frente.

-No cederé ante ti, ni ante nadie. Si ser la Muerte significa tanto para ti, no me importa. Pero yo tengo mis razones para obtener el empleo y por ello lucharé...

Cae al suelo, el Boogeyman lo golpeó en la cara. Todos los espectros ríen hasta que el chico detiene el siguiente golpe, ahora con sus ojos abiertos que siguen plateados. El aprendiz del espectro se abalanza hacia él, pero Etimaya lo agarra como hizo con Blake…

-Él lo dará todo por salvarte. –susurra ella en su oído- No creas que con esa apariencia me engañas, el joven muerte lo hace por ti. No le pagues de esta forma…-en ese momento el chico parece derretirse y se sumerge en la sombra de Etimaya.

-No olvides mis palabras. Será la Muerte, no importa cómo…-dice el Booegyman a la par que se desvanece en medio de una risa malévola. El sendero lentamente vuelve a su forma original con el chico y la mujer en el tramo final del mismo. Blake observa el punto donde desapareció el espectro, mantiene una sonrisa fría y triste.

-Si crees que puedes amenazarme, te equivocas.-dice para sí sujetando con fuerza la bufanda.-No importa cuándo, ni dónde, te detendré aunque sea lo último que haga como mortal, antes de ser la muerte.





                                                     BLACK CARD TO MY HEART

Carta 14: El adorado tío… Llegando al cero.

-Al fin aparecen, lerdos atarantados- dice Blake a Eros y Heinrich que flotan hacia ellos. Cuando el hombre del saco apareció en el sendero, los tres fantasmas tuvieron que huir al cementerio por temor de convertirse en espectros deformes (que son muy pero que muy feos y hediondos, según Molly). Al regresar la presencia del Boogeyman ya se había ido y todo el sendero había vuelto a su natural tranquilidad.

-Excuse, joven Muerte, nuestra fuga.-Eros hace una reverencia muy profunda ante el chico.- Pero al tratarse del Hombre del saco tenemos que ser precavidos. Todo fantasma que es tocado por aquel monstruo es convertido en un espectro más. Además, su aprendiz puede incluso ser más peligroso que su maestro.

-¿Quién?-Blake entrega la bufanda a su dueña. Camina hacia la casona que está frente a todos.- ¡Ah! Ese remedo de coyote… Quiero verlo de nuevo, para devolverle todos los golpes e insultos-aprieta los puños nuevamente y los agita en el aire. Sus ojos lanzan chispas de rabia.- Pero, ¿porqué una mujer fuerte como tú salió corriendo como niña? Venga ya, ese bicho lo trituraste hasta el fondo. ¿No que dijiste: “No debemos sentir miedo ante el hombre del saco porque si no te hará papilla?

-Sí, eso dije. Aunque no en ese contexto… Yo dije que terminarías hecho pulpa de uva preparada para fermentar. Lo malo es que ese chico lo confundí contigo, es más...-se pone colorada por unos segundos. Al verle, le dio un abrazo creyendo que era él. Y eso es muy vergonzoso para la dama griega el revelarlo a la muerte sucesora.

-¿Cómo que confundirme con un bicho, esperpento, que tiene dientes de cocodrilo? ¡Por Zeus!

Eros escribe en un pizarrón que sacó de sus ropas: “No insultes a los dioses, a mi señora no le agrada eso.” Blake coge el pizarrón y le contesta: “Los dioses del Olimpo no existen, estamos en el siglo 21 así que acostúmbrate a la idea.”

Detrás de él emerge un Heinrich que tiene los ojos llorosos. Gritando de alivio, se arroja sobre él mientras lo abraza con fuerza.

-¡Pedazo de…..!- Blake, solamente aprieta su puño y le asesta un fuerte golpe en la cabeza. El fantasma se aleja y se queja por unos instantes. Los demás miran a Blake que está rojo de ira y grita a los cuatro vientos: -¡No vuelvas a hacer eso! -luego de un golpe tras otro -Ya... estoy... cansado... de... tu... idiotez... ¡Compórtate!-un golpe final y saca de su manga un enorme harisen (abanico de papel) para seguir golpeando a Heinrich. Eros por órdenes de Etimaya separa al chico que ya va por el tercer harisen destrozado, mientras intenta no reír. Luego de eso, los cuatro se encaminan a la casona que tienen frente a ellos…

Johan se incorpora de su cama, agitado. En su reloj de pared, señala que es mediodía. Sujeta sus sábanas y vuelve a acostarse. Lo que pasó anoche lo mantiene inquieto. Sobre todo porque apenas cerró la puerta del armario, no recuerda cuándo ni cómo llegó a parar en su cama. Intentando acordarse el momento exacto, unos recuerdos que no eran suyos lo invaden: una mujer de cabello brillante que nunca ha visto, su hermano con  un trozo de tela cubriendo sus ojos, una oscuridad total que ni la luz más clara puede cortar, y una sombra tenebrosa que juró haber visto alguna vez tiempo atrás. Entre todo ese mar de ideas, recupera el hilo del sueño y continúa durmiendo. Sin saber que la puerta del armario está entreabierta y una mano totalmente negra se asoma de ella…

Con cuidado de no alertar a nadie, Blake entra a su casa por una ventana de la sala. Desde el exterior, parece una mansión de época, pero dentro el ambiente cambia radicalmente. La sala está totalmente iluminada, unos candelabros antiguos cuelgan en el techo como telarañas brillantes. El suelo está hecho de madera pulida de color claro y se extiende por todo el primer piso. Las paredes son de un gris opaco, cubiertas de estanterías. Todas llenas con fotografías en blanco y negro y a color de personas que no tienen nombre…

-Menuda casa tienes-dice Eros flotando sobre las escaleras al igual que la pequeña Molly en cambio, Etimaya y Heinrich, suben caminando las escaleras a pie detrás de Blake. Al llegar al segundo piso, observan que hay más estantes repletos de fotografía y cosas.

-¿Quiénes son todos ellos?-pregunta Etimaya atravesado una de las vidrieras y sacando un libro garabateado, lo ojea.-Y, ¿por qué guardas tantos objetos?

-No soy yo.-contesta Blake al pasar una esquina. Aprieta los puños y contesta tomando aire.-Todos ellos son parientes míos, los hay vivos, los hay muertos. Sus logros y errores están expuestos en estos inútiles estantes; que nada más sirven para llenar un espacio. Muchos de ellos se mudaron a otros países, y tengo inviernos que ni les carteo. Otros fallecieron aquí, anclados a esta casa; o a esta cárcel, digo yo. Si por mí fuera, quemaría todas estas fotos y arrojaría a la basura las chucherías de las vidrieras.

-Eso que dices es malo…-dijo Molly que estuvo callada todo el camino.-Mami siempre me decía: “el mayor tesoro de uno, es la propia familia. Lo demás no tiene valor”-Etimaya le aplaude junto con Eros pero Heinrich solo cubre su rostro con el sombrero y ríe de lo lindo.

Un leve carraspeo alerta a todos, que reaccionan rápidamente: los fantasmas atravesaron las vitrinas y se quedaron ahí,  Heinrich se volvió la sombra de Blake de nuevo y Etimaya permanece junto a Blake quien tiene una sonrisa amarga en sus labios. Frente a ellos, un hombre permanecía parado en la esquina del pasillo saludándole. De cabello castaño, ojos anaranjados, y algo pálido, camina hacia él apoyado en su bastón. No tiene ni menos de treinta, pero parece haber sufrido años de enfermedades. Se detiene junto al chico y lo abraza. El chico le devuelve el gesto con mayor fuerza, pero solo hace mirar el Conteo sobre su cabeza y una lágrima cae de sus ojos que comenzaban a nublarse.

-¿No estabas en el hospital? Deberías cuidarte más. Por favor, no quiero que tengas otro ataque, tío tonto.-dice Blake con la voz frágil hacia su tío Tom.

-Oye, no importa mi salud, solo vine a visitarte… Puesto que, ahora tengo mis días contados, jijijijijiji-ríe alegremente Tom.-Además, la vida es algo más que una habitación sin ventanas donde sirven comida que ni los caballos querrían…

Blake ríe un poco con su tío, pero… Sin que Tom lo notase, su Conteo se reducía con alarmante velocidad, casi llegaba al cero… Le quedaba menos de un minuto antes de llegar al cero… Detrás de Etimaya, una sombra se alarga hasta tener el tamaño de una puerta. Por el rabillo del ojo, el chico distingue la guadaña saliendo de ahí, seguida del sujeto con capucha…

-…Aunque eso no es tan gracioso… -Tom sigue ignorante a lo que sucede, hasta que ve a Blake temblar de pies a cabeza- ¿Blake?-Etimaya cubre su boca y se aleja un poco más. –Tranquilo, sobrino. No te preocupes tanto; después de todo, cualquier dolor es mental, y las enfermedades son físicas…- Se lleva al chico por el siguiente pasillo. Llegan a una banca cercana y se sientan.- Sé que estoy siendo un metiche, pero… Escuché que tú y Johan tuvieron un…, percance por sendero el otro día.-Blake esquiva la mirada del hombre, a lo que el otro sujeta su barbilla y lo hace volverse con suavidad. Por un instante le recuerda el mismo gesto que hizo el encapuchado, pero esta vez él está con su tío. Mira de nuevo el conteo de su tío: quedan menos de 50 segundos antes del final, tiene que actuar rápido.- ¿Sabes? Ese camino está maldito por las sombras de aquellos que no pueden descansar por sus pecados y por eso obedecen al espectro más fuerte del otro mundo…-el resto del diálogo se corta porque Tom tose estrepitosamente, suelta el bastón que cae al suelo con un ruido seco y afloja su corbata negra.

-¡Tío!-Blake ahora está más que desesperado. El guadañero se aproxima esgrimiendo su arma hacia su tío quien ahora tose sangre a chorros hasta terminar inconsciente y casi no respirar…




BLACK CARD TO MY HEART

Carta 15: El joven sucesor rompe las reglas por primera vez..

-¡TÍO!-Blake intenta despertar a Tom antes que el guadañero separe el alma del cuerpo. Solo le quedan diez segundos para actuar, debe pensar algo con rapidez...

Diez… El guadañero levanta sus brazos llevando la guadaña hasta casi rozar el techo. Nueve… Blake se pone sobre su tío para evitar que se lo lleve. Ocho… El guadañero baja el arma con fuerza hacia el par. Siete… Blake detiene el arma con sus manos desnudas, comienza a sangrar. Seis… El guadañero lucha de nuevo con el chico que no piensa ceder. Cinco… Las manos de Blake comienzan a sentirse frías y calientes a la vez, no soportará tanto. Cuatro… El chico suelta la mano sangrante y acaricia a Tom. Tres… El guadañero hace una mueca de ira y duplica la fuerza del ataque. Dos… Blake cubre los ojos de su tío con la mano. Uno… Tom comienza a respirar de nuevo… Y el conteo empieza a subir nuevamente hasta quedar en doce meses…

El guadañero gruñe con total enojo. Aleja su arma del hombre quien se incorpora buscando algo en su bolsa, como si nunca se hubiera enterado que estaba a punto de morir… Blake sonríe un poco, pero luego se acerca al guadañero con cierta satisfacción en su rostro.

-Sé que a mi tío le queda poco tiempo, pero no permitiré que te lo lleves… No aún.

-Eso no lo decides tú. –el guadañero da la espalda al chico-Pero no creas que lo salvaste, lo que haces es alargar su sufrimiento. Y por cierto…-Blake detiene su paso y lo mira- Es curioso que puedas manipular un Conteo sin ser la Muerte… Aunque no puedes llevarte a nadie todavía mientras yo siga siendo la Muerte, por favor, no vuelvas a hacer eso… Solo vas dos semanas y ya rompiste dos reglas, intenta no romperlas nuevamente. Ni pienses que rompiéndolas te libras de tu destino…

-No pienso eso.-interrumpe el chico- Solamente quiero dejarte en claro que no me importan las reglas pues son un absurdo para mí. Y también, que deseo disfrutar el poco tiempo que tengo con mi tío antes de que el conteo vuelva a estar en cero. Además, Tom ha investigado toda su vida al espectro del saco, así que puede decirme ciertas cosas que tu ayudante no sabría ni en mil años…

Asiente su interlocutor y solo dice que está bien. El chico regresa con su tío y lo ayuda a incorporarse. Mientras se aleja del chico, su enfado cambia y se transforma en una risita muy impropia de él. Llega a un pasillo donde están dos puertas, una está derruida y la otra en buen estado. En ambos había dos letreros que indicaban quién era el dueño de tal habitación. Una tenía el nombre del chico y la otra de su hermano. Toca con una mano la inscripción en la puerta desteñida y frota hasta desaparecer el nombre del muchacho. Mientras en la otra, escribe con un dedo: “La oscuridad gobierna el corazón del dueño de esta habitación el cual está condenado a una existencia deplorable y llena de sufrimiento.” Las letras quedan grabadas en la madera y luego se desvanecen.

Camina un poco más hasta llegar con Etimaya quien está sentada cerda del portal que lleva al otro lado. La mujer parece algo pensativa e ignora que su larga cabellera está desparramada en el suelo como si fuese una enredadera. Con cierta picardía, pisa uno de sus cabellos y hala otros hasta ver si ella reacciona. Etimaya se percata que le duele la cabeza y molesta recoge su cabellera.

-Jovencito, no deberías jugar así conmigo.-se acerca de manera… provocativa al guadañero y lo abraza.-Tiempo sin verte. Cuando me dijiste que debía entrenar a tu sucesor, pensé que era un adulto. Pero sucede que es casi un niño…

-Es cierto, pero he visto algo en él que lo hace un candidato perfecto. Te lo explicaría, si no fuese que debo ir al Medio Oriente: otro idiota tratará de explotar en el mercado…

-Pero, al menos dime una razón para que lo deba entrenar. Te evade más de una vez y encima rompe las reglas que debemos obedecer como encargados de llevar las ánimas al otro lado. Ese chico nos hará ver a las Muertes Viejas como una vergüenza.

-Lo sé-le interrumpe- pero quiero que esté preparado para lo que viene. Acepto que ahora hará todo lo posible para que no me lleve a ninguno de los suyos, sin embargo cuando le toque esta carga, no tendrá opción; deberá ver como se van los que conoce, los que valora y sin rechistar porque ese es su destino.

-Lo comprendo ahora. ¿Precisamente qué debo enseñarle? Ya manipula el conteo de manera natural, cosa que ni tú ni yo lográbamos hasta nuestro primer centenario.-el encapuchado no le contesta pero sigue sonriente. Está frente al portal con su guadaña a mano- ¡Al menos dime qué quieres que haga con él!-repite Etimaya ya molesta con su comportamiento. Suspira el sujeto mientras le contesta midiendo sus palabras:

-Cuídalo por el momento. Enséñale que con la muerte no se juega. Prepárale para lo que viene encima. El hombre del saco ya jugó su carta y tiene un aprendiz más peligroso que él. Nos toca afilar nuestras armas y jugadores en el tablero. Y no hay mejor ficha que una nueva y brillante para pelear. Dale las armas del conocimiento para no caer en el juego, pero con lentitud y a la medida que las requiera. Pero por ahora, vigílalo a él y mantenlo lejos del aprendiz.-Etimaya hace una rápida reverencia y corre detrás de Blake y Heinrich quien ahora está cargando con el tío quien ha vuelto a desmayarse. El guadañero sin más atraviesa el portal hacia un destino sin conocer…- Esta Era se está volviendo cada vez más interesante.-dice para sí mientras aterriza en un mercado lleno de gente- Lástima que no podré disfrutarla mucho. Mi tiempo termina y el de Blake comienza, de la peor manera… Joven chico, si supieras quién es el aprendiz, ¿qué harías? ¿Permitirías que siga existiendo o lo destruirás con tus propias manos?-una carcajada sale de su boca mientras blande su guadaña contra un hombre que explota en pedazos pero que su alma está intacta.

Al otro lado del mundo, Blake ayuda a su tío que puede caminar nuevamente mientras observa molesto una sombra que los persigue a la distancia... Sus ojos se vuelven plateados por unos segundos al distinguir un rostro familiar que en otra ocasión denotaba burla y ahora mostraba preocupación.

Dentro de la habitación de los hermanos, Johan tiene los ojos abiertos observando el techo. Pero en realidad, está viendo a una persona conocida que lo mira con ira controlada. Sus ojos celestes se tornan plateados unos instantes. Menudo color que nunca vio en Blake. Johan cierra los ojos y ahora solo ve el techo. Luego dirige su vista hacia el escritorio que tiene enfrente, donde un sujeto con gabardina y máscara de gas permanece sentado hacía ya un rato.

-¿Ya recordaste lo de hace un rato? Como mi aprendiz, deberías estar familiarizado con el Mirar sin Ver...


A continuación, los enlaces para las otras cartas... Como las personas se pierden a medida que leen, acá las siguientes...

Carta 1 a la 9
Carta 10 al 15 (en esa están).
Carta 16 a 19
Carta 20 a 25
Cartas 26 a 30

1 comentario:

  1. A todo aquel que le interesen historias de vampiros, tengo una buena amiga que las redacta. Aquí les dejo el inicio:http://hotarukodasha.wordpress.com/2009/05/15/no-fears-to-the-darkness-parte-1-capitulos-1-2-3/
    Esta serie lleva ya dos temporadas, y ya va por la recta final.

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