Chameleon Project


Hola a todos. La vez anterior les hice una reseña de mi segundo trabajo, Chameleon Project, ahora entro en tema y les pongo el primer capítulo aqui y ahora. Disfruten ^^





Capítulo 1: Mi vida tranquila termina

Mi hogar, mi mundo está derrumbándose ante mis ojos sin yo poder hacer nada para evitarlo. Siento lágrimas de rabia correr por mi rostro mientras huyo, impotente, con lo que me queda: mi hermana mayor y mi hermano menor. Éste último estaba inconsciente desde la explosión de nuestra casa; sé que está vivo, pero no ha despertado todavía así que cargo en mi espalda. A lo lejos puedo escuchar el crepitar del fuego abrasador que destruye mi casa con todo y nuestra felicidad.

Huimos sin saber hacia donde ir por mucho tiempo, siempre atentos a todo lo que nos rodeaba. Mi hermana no ha dicho nada, pero la veía llorar en silencio, y entre murmullos y gemidos amortiguados, lamentaba la pérdida de nuestros padres, mientras yo, solo tenía en mente, poder escapar con vida de ahí. Pero antes, necesitábamos un lugar seguro para que mi hermanito pudiera reponerse. Hacía un silencio terrible, como si la muerte nos persiguiera en forma de sombras y sonidos en el camino.

Comenzaba a oscurecerse mi entorno: se hacía de noche, y ya estábamos,bien lejos del incendio. Al salir la luna más rojiza que pude ver en mi vida de entre las nubes, vislumbramos una cabaña a lo lejos. Ya no podía correr, pero tampoco tenía el lujo de quedarme quieto con esos asesinos buscándonos. Me detuve en el pórtico, mientras mi hermana abría la puerta principal de una patada. Junto a la puerta ya abierta, había un bastón desgastado que ella recogió y mantuvo en lo alto lista para golpear  lo primero que nos apareciera dentro de esa cabaña... No había nadie al menos…

Casi lo olvido, mi nombre antes de que toda mi vida se volviera un rompecabezas era Charles Samaria, soy el segundo hijo de mi familia. Tenía catorce años en ese entonces. No recuerdo cuál era mi verdadera apariencia, de tanto que la he cambiado; pero recuerdo que en esa ocasión, me vi en un espejo que yacía sobre la chimenea. Mis lágrimas volvían a caer, creando dos gruesas líneas que surcaban mi rostro sucio de hollín. Intenté limpiarme lo mejor que pude con las mangas de mi camisa, dejando ver que era muy pálido y rollizo. Mi cabello igual de sucio era blanco, pero con las cenizas parecía grisáceo. Ahora caigo en la cuenta que era albnino: mis ojos originalmente eran rojos como la sangre, mi cabello, comparable con la nieve. Sigo siendo delgado, pero ahora más alto. Apilé algunos maderos dentro de la chimenea y con un encendedor que traía en el bolsillo, me dispuse a hacer fuego. La estancia ya iluminada seguía luciendo abandonada. Había un largo sofá junto a mí, donde mis hermanos estaban. En las paredes colgaban trofeos de lo que hubiera sido un cazador amante de animales grandes. 

Miré a mi hermana, Lottie. Ella era el vivo retrato de mamá, y aun lo sigue siendo a pesar de todo. Su cabello negro con matices azulados estaba revuelto e igual de sucio que el mío. Se acuclilló en  una esquina del sofá para cubrir su rostro con las rodillas y comenzó a llorar. Ella es la mayor, con un año de diferencia, y a diferencia del ahora, antes solía ser melancólica y tendía a llorar a menudo. Viéndola me di cuenta que tenía un corte extenso en la pierna derecha, que ya no sangraba pero que se veía algo feo, sumando que gracias al frío del invierno, comenzaba  a tener un leve tono azulado.

Me senté junto a ella y la abracé hasta que se calmara. Luego me quité el abrigo y lo coloqué sobre el pequeño DJ. En realidad su nombre es Johan D y algo... No recuerdo su segundo nombre, pero sé que tiene alguna importancia... Es el más pequeño del grupo, y para entonces tenía cinco años. Si Lottie era el reflejo de mamá, entonces DJ era la versión infantil de papá. Lindo como todo niño a esa edad, con la nariz respingada y pestañas largas. El cabello negro como el de mi hermana, caía en sus hombros igual de sucio y despeinado que nosotros. Creo que en vez de estar inconsciente, se quedó bien dormido, porque horas después al despertar, no sabía qué había pasado. Ni ahora tengo el valor de contarle lo que ocurrió realmente, pues es tan pequeño y frágil que no quiero lastimarlo…

Me senté en otro sofá frente a ellos y sin sabre cuándo, terminé dormido. Mi sueño era una maraña de recuerdos anteriores a la desgracia, sumando los de la misma: cuando DJ solía columpiarse en el parque, mis padres bailando en una reunión familiar, Lottie en su graduación de secundaria, la única vez que fuimos a la playa y nos tomamos una foto... Todos esos momentos parecían desintegrarse y ser reemplazadas con imágenes de mis padres asesinados en sendos charcos de sangre... Padre con una estaca en el pecho y los ojos abiertos en una expresión de sorpresa; mi madre, junto a él, con agujeros en su espalda. Debajo de ella, DJ estaba inconsciente pues al ella caer, se golpeó la cabeza contra el suelo... El pobre estaba bañado en sangre de mamá, y lo que seguía era una secuencia de imágenes desde que lo saqué de ahí, hasta el momento en que llegamos a la cabaña... En ese momento, sentía que ese fuego abrasador que destruyó toda evidencia de mi hogar, comenzaba a arder dentro de mí... Desperté de sobresalto, porque creí escuchar una rama romperse a lo lejos... Solo eran los leños crujiendo en las llamas.

-¿Charlie, cómo te sientes?-Lottie atizaba el fuego y echaba un par de leños más. Intentaba sonreírme, pero solo conseguía esbozar una mueca. Ambos giramos hacia DJ, quien se había girado para darnos la espalda, sin despertarse aun... - Hace un momento, despertó; pero volvió a dormirse de una vez... No le he dicho nada aun... Tampoco pienso hacerlo todavía…

-Yo menos.-le dije mientras me sentaba.-Lottie, no podemos quedarnos por mucho tiempo.

-Lo sé. Pero antes, vete a limpiar un poco. Al otro lado del bosque está la ciudad, podemos llegar ahí y ocultarnos mejor que en este sitio... Al fondo del pasillo hay un baño, y tiene agua. Intenta limpiarte lo mejor que puedas. Cuando DJ despierte, nos iremos.

-Vale. -Fui hacia donde ella me indicó, un baño sencillo. No pensé en nada mientras quitaba la ceniza de mi cabello peinándolo con los dedos antes de mojarme. El agua se volvía negra a medida que recuperaba el color de mi cara... No había una toalla para secarme, así que me quedé con el cabello empapado y el rostro mojado. Me miré en el espejo sobre el lavabo, dándome cuenta de que estábamos en un serio problema: no teníamos a donde ir. Todos nuestros parientes estaban en Europa, y nosotros estábamos en Estados Unidos, sin ningún familiar o conocido de mis padres a quien pedirle asilo. Menos teníamos dinero, o "comida" para aguantar estar entre personas, sin terminar nerviosos por probar el líquido rojo que corre por sus venas. Me fijé en mis alargados "caninos", evidencia de que no podía ser como los demás, pues no soy humano... Suspiré y salí del baño. Caminé hacia la puerta y la abrí.

-¿Dónde vas?

-Saldré a vigilar.- Lottie asintió y cerró tras de mí. Sentía que la angustia retornaba a mi cuerpo, a la par que veía una columna de humo a lo lejos, en el punto donde estaba mi casa. La verdad, es que quería distraerme un rato. Odio estar encerrado por mucho tiempo en un sitio… Miraba a todos lados mientras daba la ronda alrededor de la cabaña. La noche no me permite ver nada, y no quería perturbar el silencio del bosque. Estuve atento a cualquier sonido, esperando no escuchar nada más que el silencio mordaz de mi entorno.

Hacía mucho frío, y no tenía abrigo alguno. Aunque no creo que importara eso, pues los de nuestra especie soportamos hasta la sed más horrible... Nos faltaba "comida", pero no podíamos hacer nada. Lottie y yo podemos aguantar días son beber o comer, pero DJ es un niño... Lo bueno era que casi amanecía así que pude ver todo con claridad a pesar de haber perdido mis gafas en el camino. Sí, antes era un vampiro que necesitaba anteojos. Qué patético...

En mitad de mis reflexiones, atisbé a una persona que se acercaba hacia mí con cautela. Lleva el mismo uniforme que esos desgraciados que acabaron con mis padres... Apenas el sujeto me vió, corrió hacia mí apuntándome con un rifle. ¿Debería correr o enfrentarle? No tuve tiempo para reaccionar, solo se que agarré el bastón que sin saberlo me había traído de la cabaña, y arremetí contra ese sujeto... Si disparó o no fue algo que nunca me di cuenta, pues de un momento al otro, terminó sin vida en el suelo, con un hilillo de sangre bajando por su cabeza. ¿Lo habré matado?

Creo que por eso fue que nos encontraron... Porque ese hombre en el suelo, logró dispararme sin dar en el blanco, porque ahora tienen razones para buscarnos con más ahínco... No me quedaba de otra que huir con mis hermanos... Antes de alejarme del cuerpo, me llevé su arma. Pensar que los humanos se modernizan en el arte del asesinato, me hicieron creer que a diferencia de ellos, nosotros los vampiros somos pacíficos... No vi a nadie en el trayecto de regreso, que avancé a zancadas. Abrí la puerta de golpe. 


Llegué a la cabaña y toqué con rapidez. En un lado de la puerta dejé el rifle (para no asustar a DJ)  mientras seguía insistiendo. Nadie respondió. ¿Qué habrá pasado? ¿Acaso alguien me siguió y mi hermana no quiere abrirme por eso? Insistó con más fuerza. Se abrió, y la pequeña cabeza de mi hermanito se asomó tras ella. Al verme salió a abrazarme con fuerza. Temblaba como una hoja, pero no mostraba nerviosismo alguno cuando habló:

-¡Dónde estabas? Lottie salió a buscarte. Olimos a hombres malos a lo lejos, y entonces ella me escondió bajo una cama y salió a por tí... ¿Dónde está ella? Pensé que estaba contigo... Charlie, ¿esos malos se la llevaron junto a mamá y papá?-sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas-¿Le harán cosas malas también?- comenzó a gimotear... No le pude responder. Solo le di un fuerte abrazo y lo cargué sobre mis hombros. La angustia se convertía en miedo, desesperación y pánico, cuando el olor a sangre entró a ni nariz. Giré y vi a Lottie correr hacia mí. Su vestido estaba manchado en sangre, y llevaba un cuchillo de cocina en la mano, igual de ensangrentado. No es de ella esa sangre, pero me preocupaba que estuviera empapada en ella... Con DJ a cuestas, agarré el rifle y me acerqué a ella. Se detuvo frente a mí, y me dijo con la voz falta de aliento y llena de temor, lo que ya había supuesto al ver a aquel sujeto uniformado hace unos instantes:

-Nos están rodeando. Tenemos que irnos...

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